OLLA A PRESIÓN.

Siguiendo el ansia de entenderme y conocerme un poquito mejor, he escarbado en mi interior, he repasado el exterior, he estudiado el pasado, y hace poco hasta he mirado a las estrellas, y he descubierto que resulta que soy Leo ascendente Piscis. 

Y, dicen que:

Por un lado, el sol ardiendo en mi ego (hola Leo), y por el otro, una ola emocional de 300 metros que me arrastra por dentro (gracias, Piscis). 

Es como una fusión que, por lo que se ve según cómo me pille el día, puede hacer de mi un líder inspirador o una telenovela venezolana andante. 

O ambas cosas en cinco minutos.

Afirman que, por un lado, Leo me da brillo, seguridad, ese

"mírame sin que te lo pida". 

En cambio Piscis me  va insinuando:

"¿Y si todo esto no fuera real y fuéramos solo polvo de estrellas… tristes?"

Aseguran que esa combinación da lugar a una personalidad magnética y profundamente contradictoria. 

Fijate tu.

Un corazón blando dentro dentro de una coraza impenetrable,pero con un alma sensible envuelta en purpurina.

Vaya, parece que me voy reconociendo. 

Por lo visto, Leo quiere pasión, aplausos, escenas románticas con violines de fondo. 

Piscis, en cambio… quiere que le lean el alma mientras llueve.

¿Resultado? 

Ello produce relaciones intensas, teatrales y memorables. 

Se ve que en pareja soy supuestamente generoso, meloso, una mezcla entre coach emocional y protagonista de comedia romántica.

Como virtudes, apuntan: 

-Creativo(muy).

-Intuitivo(a ratos hasta telépata).

-Carismático (nivel influencer emocional).

-Compasivo, generoso y dramáticamente encantador.

¿Defectos? 

No muchos. 

Solo algunos “detallitos”

- Idealizo tanto que podría dar becas emocionales.

- La crítica me duele.  Aunque diga que no. Aunque sonría.

- Tengo un máster en decepcionarme conmigo mismo.

- A veces vivo más en mi cabeza que en el mundo real. 

(¡Sorpresa!)

Según la conclusión estelar: 

Por todo lo analizado, soy una especie de drama andante con estilo, con un corazón inmenso y un ego que llora viendo Bambi. 

No.

Leo ascendente Piscis no es una combinación fácil.

 

Es una receta galáctica de fuego y agua, donde el alma tiene GPS emocional y el ego usa gafas de sol. 

Me lo temía. 

Fuego y agua. 

Claro. 

Una olla a presión.

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