POR FAVOR, VIVE Y DEJA VIVIR.
Convivir o relacionarse implica una tensión constante:
❓ ¿Nos entendemos o entramos en conflicto?
🏖️ ¿Playa o montaña?
🔁 ¿Esto o lo otro?
➡️ ¿Por aquí o por allí?
🏠 ¿Nos vamos o nos quedamos?
🧠 ¿Qué decidimos?
🥇 ¿Quién gana?
🥀 ¿Quién pierde?
🎉 ¿Quién disfruta, quién se frustra?
🤝 ACUERDOS.
Muchas veces, lo que inclina la balanza es la intransigencia, ese empeño de imponer antes que acordar.
Desde el respeto. De igual a igual.
Solo así puede haber verdadero entendimiento.
Si no, la relación se convierte en una lucha de poder, no en una oportunidad de caminar juntos.
🏍️ EJEMPLO.
💡 Me encanta usar este ejemplo sencillo: las salidas en moto.
Siempre hay quien quiere ir más rápido.
Y solo hay dos caminos posibles:
- O modera su ritmo y va con el grupo.
- O se adelanta un poco y espera en el siguiente punto.
En estos casos siempre se formaba un inicio de malestar grupal.
Siempre había gente a la cual le parecía bien que alguien tirase más que el grupo.
Otros se molestaban, tachándolos de egoístas y de no integrarse con la mayoría.
Ambas opciones son válidas.
Pero la más inteligente es aquella que respeta los ritmos sin imponer los suyos.
🧭 CADA UNO A SU RITMO.
Si yo no quiero ir más rápido,
¿ por qué debo impedir que quien desee hacerlo lo haga?
¿No es más lógico que tire y me espere, que obligarnos todos a lo mismo?
¿Acaso su decisión me hiere? ¿Me afecta?
Si con eso es más feliz, pues
¡que corra! 🏁
¿Quién eres tú para impedir la felicidad de nadie?
¿Quién soy yo para ponerle vallas al campo?
Además, de esta forma nadie se frustra, pues todos hacen lo que les viene en gana sin romper la armonía, y disfrutando de su momento con un final común.
Ese principio es el que intento aplicar en muchas cosas.
No sé si es lo correcto.
Pero creo firmemente que es lo más razonable.
🌍 CONVIVIR… NO SOMETER
Porque al final, vivir en grupo no va de mandar ni de someter.
Va de encontrar el equilibrio donde todos puedan ser.
Vivir… y dejar vivir.
Convivir.
🚧 SOBRE NORMAS, SEÑALES Y OTROS DOLORES
Después están las normas del juego.
Aunque yo no quiero vivir rodeado de señales.
No me gusta.
No me gustan las normas.
Me siento como una oveja en el rebaño. 🐑
Quiero vivir rodeado de respeto.
Pero mientras no llegue… que las señales se claven como lanzas en el corazón del egoísta. ⚔️
Entiendo que las normas no son el problema.
Son necesarias precisamente para quienes no respetan a nadie más que a ellos mismos.
Ellos son el problema.
Es un freno a su intransigencia.
Sin normas, esto sería un circo de egos sin domador. 🎪
La jungla del “yo primero”, del “yo más”, del “a mí me da igual”, del “ande yo caliente…”
Y ahí, en ese desierto de empatía,
solo sobrevive el más bestia, el más ruidoso, el más indiferente.
🧱 NORMAS.
Así entiendo las normas.
Aunque me asfixien a veces.
Porque nacen como freno, como pared, como red de contención ante los que no saben convivir si no es por decreto.
Porque no hay ni educación, ni respeto, ni empatía.
Si entendiéramos esto —de verdad— más de uno se sonrojaría al mirarse al espejo.
Al menos, si tuviera vergüenza.
🚦 LA VERDADERA SEÑAL
La verdadera señal no está en un cartel.
Está en saber esperar al que va más lento.
O no estorbar al que va más rápido.
Eso sí que es convivir.
🎯 EPÍLOGO.
Pero claro…
lo difícil, casi siempre, es hacer lo fácil.
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