EL DIA QUE VOLE EN UN PLATANO.

1. LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA. 

Un día de playa y la banana amarilla. 


Era una especie de flotador con forma de banana gigante, con asientos y asas para agarrarse. De un color amarillo Simpson. 

Ocho valientes entre familiares y amigos incluidos tres niños, nos decidimos a vivir una de las experiencias más surrealistas. 


¡Ah, y por si fuera poco, estábamos embadurnados de crema solar, lo que nos convertía en seres resbaladizos sobre esos asientos de pvc ! 


Además, llevábamos unos chalecos naranjas, incómodos como una mochila llena de chinchetas, que arañaban nuestros cuerpos enrojecidos.


Este objeto de locura estaba amarrado en la parte trasera de una lancha. 

En la embarcación iban el conductor y un ayudante. 

El conductor se encargaba de tirar de nosotros.

Al principio, todo parecía tranquilo, como un paseo dominical. 

El agua tibia, era un espejo y nos mecía suavemente. 

El patrón nos preguntaba si todo iba bien y el ayudante nos decía si queríamos marcha.


Yo iba el primero de la fila, aferrado al asiento, apretaba mis rodillas al corcel de plástico y agarraba las asas como si mi vida dependiera de ello. 

Estaba más tenso que la cuerda de un Stradivarius.

Hasta se me marcaban las venas de las orejas. 

El guiño en el ojo del culo era tal, debido a la enorme presión que hasta la pobre almorranilla solicitaba clemencia.


Me prometí a mí mismo que no me separaría de ese flotador colorido por nada del mundo, aunque la lancha alcanzara la velocidad de la luz .

Me repetía una y otra vez que sería el único valiente capaz de resistir los embates del agua y los giros imposibles que seguramente en breve, aparecerían.


Tensé el cuello,  apreté las nalgas y con los ojos cerrados, me dije a mí mismo: 

"Vamos, aguanta". 

Mientras tanto, recitaba alguna estrofa mística para apoyarme espiritualmente.

Me sentía como el cowboy concentrado sobre el toro salvaje antes de abrir la portezuela.

Pero justo en ese preciso momento, mientras apretaba las manos con tanta fuerza que hasta perdí la sensibilidad en los brazos,tanto que si se me hubiera desprendido alguno de ellos igual no me hubiera enterado, el maldito conductor de la embarcación decidió darle la máxima aceleración a eso:

 ZOOOOOOOM.

 


2.LA. TENSIÓN CRECE. PRIMERAS ACELERACIÓNES

Aferrado al corcel amarillo. Listo para el despegue. 


La banana de plástico se encabritó en el aire y surcó las olas a una velocidad de vértigo

 

¡Estábamos volando literalmente!


La banana dió un giro brusco y, como la cuerda transmitía el movimiento al flotador, la primera Ley de Newton se manifestó inquebrantable:

 "... un objeto en movimiento seguirá en movimiento a una velocidad constante y en línea recta, a menos que una fuerza externa actúe sobre él."

Inercia maldita.


Recuerdo cerrar los ojos, pensar "aguanto" y, de repente: BOING. Noté que mi cuerpo se elevaba varios metros. 


3.VUELOS, GIROS Y PLANCHAZOS. 

Risas bajo e agua y tirabuzones olímpicos. 


Daba volteretas en el aire como un gimnasta olímpico, mientras las placas de porexpan del chaleco naranja hacian de vela a mi lado entre estelas de cinchas negras, que a modo de sepentinas revoloteaan a su alrededor 


Durante ese breve instante, que debió durar escasas milésimas de segundo, y me pareció eterno, vi a los otros cuerpos dispersos como peleles en todas direcciones, imitando mi vuelo acrobático. 

Mientras veía a vista de dron alejarse la lancha en direccion opuesta seguida de la cuerda que tiraba del flotador vacío, tal fue la sensación, que sentí que mi cuerpo se quedaba rezagado unos metros detrás de mi alma que luchaba lo indecible por mantener la compostura.


Fue una auténtica escena de película a cámara lenta, hasta que, después de innumerables volteretas en el aire, terminé aterrizando de morros en el agua.

El planchazo fue indecoroso sin estilo pero contundente y de repente: 

PLAAAAAS.

Mi cuerpo se hundió varios metros y bajo el agua fue todo un espectáculo de burbujas, remolinos ,visión borrosa, y sorbos de agua con sal. 

Pero lo curioso fue que, en medio de todo ese caos acuático, sentí algo extraño.


Escuché unos sonidos sordos y acompasados. 

Como si las orcas delfines y belugas disfrutasen de semejante espectáculo en su territorio.

Pero no era eso. 

Era yo mismo :

¡Estaba riendo a carcajadas!


Dios, ¿cómo era posible? 

Ahí estaba, luchando bajo el agua, con las cinchas del chaleco, el corcho que intentaba subir a la superficie y tiraba de mí. Las burbujas se amontonaban a mi alrededor y yo reía como un loco.


Y para colmo, escuchaba risas similares a las mías, provenientes de mis compañeros que también estaban sumergidos en esa hilarante situación. 

Mi visión submarina y borrosa pareció adivinar unas siluetas humanoides sumergidas con posturas similares, a mi alrededor. 


Sabía que el sonido en el agua se transmite cuatro veces más rápido que en el aire, por eso a pesar de estar a decenas de metros unos de otros, nos escuchábamos como si estuviéramos encerrados todos juntos en el mismo minúsculo ascensor.

Aquello hacía que riesemos aún más.


Pero llegó el momento en que el corcho tiró con fuerza de los anclajes y nuestros hombros lanzaron verticalmente a nuestro cuerpo, que subió aceleradamente a la superficie. 


Cuando por fin salí a flote, pude ver las cabezas dispersas de mis compañeros, a decenas de metros rodeadas de los corchos naranjas de los chalecos, las cinchas negras y las risas desenfrenadas.


3.EL DESENLACE. RISAS Y REFLEXIONES.

Recuerdos y carcajadas inolvidables. 


Unos cientos de metros más adelante, la lancha al pairo, flotando con la cuerda y la banana vacía. 

Los tripulantes nos miraban gritándonos: 

"¿Qué tal, queréis más?".


Lograr subir de nuevo al aparato, resbaladizos y embadurnados como focas aceitosas, fue otra aventura.


Pero lo logramos. 

Dimos otra vuelta tranquila antes de que nos remolcaran hasta la orilla.


Una experiencia inolvidable y divertida. 

Lo que nos reímos al recordarla.


¡ Ah, las locuras que uno hace en nombre del entretenimiento !


¿Lo habéis probado? 

¿Qué locuras habéis hecho vosotros?


#BananaFlotante  

#LocuraDeVerano

#PlanchazoLegendario

#RisasBajoElAgua  

#MomentosInolvidables

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