SLUG. Capítulo 3.
CAPÍTULO 3. LA BATALLA.
Cuando la supervivencia es la meta, cada segundo cuenta.
___________El momento ilógico ansioso y absurdo de la situación, me llevo a decidirme de un modo especial.
Incapaz de tomar una decisión lógica y ordenada en ese momento, improvise. Cogí una moneda del interior de mi pantalón y la lancé al aire.
CARA: salía a buscar ayuda, CRUZ: me quedaba en casa enfrentándome de algún modo, solo a la situación.
De pronto, sentí que algo me golpeaba suavemente los gemelos. Era el hocico del peludo.
Era Rex. Me había olvidado de él por un momento.
Yacía seguramente tranquilo, en alguna habitación y debido al ajetreo producido debió despertarse y dirigirse a mí.
Lo abracé, y esto me dio tranquilidad y compañía para afrontar el reto. Me olvidé de la moneda que rebotaba en el suelo.
Comprobé que aparte de haber salido CRUZ, con lo cual debía quedarme a pelear, la moneda cayó sobre una cantidad de gusanos.
Esos gusanos, debido a una extraña reacción con la moneda, se habían convertido en polvo de manera inmediata.
Algo de la moneda había producido una reacción mortal en el interior de esos seres y los había hecho desaparecer.
Algunos individuos devoraban los restos y también desaparecían.
Me fije más ordenadamente en la escena y comprobé que los gusanos evitaban las patas metálicas de los muebles de la cocina, trepaban por las puertas, pero formaban un cerco alrededor de los tiradores, también metálicos.
Bordeaban sin tocarla, la jardinera metálica y la jaula del pobre BUGGS permanecía intacta, ya que evitaron rozar los barrotes, esquivándolos para penetrar a su interior.
¿Que tenían en común todos aquellos artículos, que producía esa reacción nefasta en los malditos gusanos ?
Aquello, sin duda era la solución a mis males.
Todos los artículos eran metálicos.
Habia leído que en las monedas de menor valor, el zinc era el metal de mayor proporción.
Sabía que en los tiradores, patas de muebles y diversos artículos se usaba este metal.
Claro: se trataba del Zinc.
El zinc era el remedio para acabar con la pesadilla.
Al igual que los emulsionantes de las galletas, por lo visto habían producido una mutación en aquellos seres, el metal producía la desaparición inmediata de los bichos.
A trompicones y como pude me dirigí al frigorífico.
Tenía en el congelador: un besugo, un poco de uva y dos botellas de tinto.
Sabía que todo aquello contenía trazas de zinc.
Los desparrame sobre la montaña de gusanos, y comprobé entusiasmado, que iban deshaciéndose a la vez que se descongelaba el pescado, o el vino y las uvas se deslizaban por el montículo.
Abrí el mueble inferior y revolví entre varios envases de líquidos de limpieza, sabía que muchos de ellos contenían trazas del metal .
Intenté leer sus etiquetas, y comprobar en cuáles de ellos, podía encontrar la composición de zinc en su fórmula.
Localicé los que contenían rastros del metal y los separe.
Como Kill Bill, me armé de ellos y me abalancé gritando desesperado en todas direcciones, derramando el contenido de los envases con rabia y sobre los gusanos, comprobando iban consumiéndose cuando entraban en contacto con los líquidos desinfectantes.
No sé el tiempo que pasó.
En un baile orgiástico, gritando, riendo sardónicamente y con movimientos espasmódicos termine con todos los líquidos disponibles y a su vez con toda la montaña viscosa de anélidos, que yacían inertes en su base.
#Fuego
#Escape
#Miedo
#TerrorPsicológico
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