UN BRINDIS POR MARCO.

Nos conocimos a los catorce, en la escuela industrial. 

Desde entonces, la vida fue una aventura sin guion:  novias, el primer cigarro, 4x4, motos, aventuras, descubrimientos, naturaleza. 

Críos, hombres, padres… juntos nos abrazamos para despedir a los nuestros.

Y ahora, el vacío.


Arreglamos el mundo mil veces entre humo y teorías, pero nadie nos escuchó. 

Filosofamos sobre la vida, los espíritus, los mundos que nos esperaban en algúna esquina del universo. 

Siempre buscando algo más, aunque ya lo teníamos todo: nuestra amistad.


Fuiste mi hombro, mi refugio. 

Te llené la cabeza con mis penas y nunca te quejaste. 

Solo aspirabas otra calada, mirabas lejos, y con una frase dejabas claro que estabas ahí, que si, que lo habías escuchado todo. 

Que entendías.


Hoy te busco tras el humo de tu cigarro, en la brisa de los caminos abandonados, en el eco de nuestras risas. 

Y sé que sigues ahí, inmortal en cada recuerdo.


"La muerte sonríe a todos, pero el hombre solo puede hacer una cosa: devolverle la sonrisa." – Marco Aurelio.


Y entonces, en medio de la nostalgia, repasando mensajes, la pantalla del móvil me devuelve tu última señal. 


WhatsApp de marzo del año pasado


Un mensaje atrapado en el tiempo, como tú en mi memoria.


-"Poco a poco, ire ganando las batallas. Y después, os quiero en mi vida, como siempre". 


Brindo por ti, amigo.


Pero te fuiste en junio. 

Sin aspavientos, tranquilo.


Como cuando dabas la última calada antes de soltar tu lapidária y contundente frase. 

Como tu eras. 


Por todas las risas que nadie más entendió, por las noches de teorías imposibles, por los caminos que recorrimos y los que quedaron pendientes.


Brindo por cada calada, por cada frase tuya que aún resuena, por la amistad que ni el tiempo ni la muerte pueden apagar.


Brindo por ti, Marco.


Allá donde estés, sé que me has devuelto la sonrisa.

Esa risa tuya, entrecortada, breve, engolada, seguramente seguida por algún pequeño coro de toses sincopadas.


Se que estuve en tu vida... amigo.

Pero quiero que sepas que tu siempre estarás en la mia. 



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